El ciclo se repitió en 1982, en 1983 (con el lema de "ganar la calle"), y en 1985 (el "teatrazo", con el lema En Defensa de la Democracia, por la Liberación Nacional y la Unidad Latinoamericana)
Entre las obras más importantes de aquellos ciclos pueden mencionarse:
- Gris de Ausencia (1981) de Roberto Cossa
- Tercero Incluido (1981) de Eduardo Pavlovsky
- El Nuevo Mundo (1981) de Carlos Somigliana
- Oficial Primero (1982) de Carlos Somigliana.
Teatro Abierto influyó en el resto de las actividades artísticas organizándose actividades similares en otros campos como Danza Abierta, Música Siempre, Libro Abierto, Poesía Abierta, Tango Abierto o Folclore Abierto, tanto en la capital como en algunas provincias.
El martes 28 de julio de 1981, el actor Jorge Rivera López, presidente de la Asociación Argentina de Actores por aquel entonces, inauguró Teatro Abierto con la lectura de este texto escrito por el dramaturgo Carlos Somigliana:
"¿Por qué hacemos Teatro Abierto?
Porque queremos demostrar la existencia y vitalidad del teatro argentino tantas veces negada;
porque siendo el teatro un fenómeno cultural eminentemente social y comunitario, intentamos mediante la alta calidad de los espectáculos y el bajo precio de las localidades, recuperar a un público masivo;
porque sentimos que todos juntos somos más que la suma de cada uno de nosotros;
porque pretendemos ejercitar en forma adulta y responsable nuestro derecho a la libertad de opinión;
porque necesitamos encontrar nuevas formas de expresión que nos liberen de esquemas chatamente mercantilistas;
porque anhelamos que nuestra fraternal solidaridad sea más importante que nuestras individualidades competitivas;
porque amamos dolorosamente a nuestro país y éste es el único homenaje que
sabemos hacerle;
porque, por encima de todas las razones nos sentimos felices de estar juntos."
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